Cuando se decide invertir en un sistema de seguridad es importante que éste se el más duradero posible (o al menos se espera que así sea). Por esta razón es conveniente asegurarse de que todos los candados que forman parte del sistema de seguridad sean resistentes a la intemperie. De hecho, un candado “a prueba de” agentes atmosféricos tiene muchas ventajas tanto para los usuarios privados como para las empresas, y también para todo aquel que quiere proteger con seguridad un objeto de valor.
En este artículo y en el de la próxima semana describimos las características de un candado anticorrosión que ayudan a proteger los bienes de manera segura.

Protección en todas las estaciones del año

Un candado que se utiliza al aire libre siempre está sujeto a la agresión de los agentes atmosféricos, independientemente de la estación en la que se esté.
En cualquier caso, un candado debería poder resistir a los diferentes cambios climáticos que se producen a lo largo del año.
Aún más significativos son los cambios climáticos repentinos, con saltos de temperatura muy fuertes y con humedad y precipitaciones.

Los productos como los candados Marini Viro son perfectos para estos casos, ya que se crean para resistir a la corrosión producida por la humedad.
Sin embargo, esto no quiere decir que también todo el mecanismo de cierre sea inmune a los agentes atmosféricos. Todos los elementos internos del candado, como los resortes y los pernos, deben estar fabricados con materiales resistentes a la corrosión, ya que si se atascan se estropea todo el sistema de cierre.
No importa en qué estación del año se esté, un candado marino está hecho para soportar cualquier tipo de condición meteorológica.

Candados Viro Serie «Mar»

Mecanismo de funcionamiento protegido

Ensayos prácticos de exposición simulada a largo plazo al proceso de oxidación (ensayo de niebla salina) demuestran que si un candado no está fabricado para resistir a la intemperiesu funcionalidad puede verse comprometida. Esto significa que si un candado no está fabricado para resistir a las inclemencias climáticas, si se usa al aire libre se oxida. El óxido hace frágil el material y debilita el metal. Esto aumenta la posibilidad de que la cerradura se rompa.
Si la cerradura no se rompe debido a la oxidación, es probable que se atasque.
Así es, la acumulación de óxido puede obstruir tanto los componentes internos como el perfil de introducción de la llave. En ambos casos, la seguridad se reduce considerablemente. Esta pérdida de eficiencia hace que la apertura y el cierre no sean seguros (para los propietarios) y/o que sean demasiado fáciles (para los ladrones).

Se acabaron los candados atascados

¿Cómo sabemos que la seguridad de nuestro sistema de cierre está en peligro? Obviamente, cuando ya no se puede utilizar normalmente. Un candado resistente a los agentes atmosféricos es mucho menos probable que se bloquee con el paso del tiempo. Cuando la funcionalidad de un candado disminuye debido a la corrosión, es probable que termine atascándose. Esto significa que ni tan siguiera utilizando su llave se podrá abrir.

El candado se puede atascar de diferentes maneras. Los pestillos de bloqueo podrían congelarse, porque ya están bloqueados debido a la formación de óxido y a la acumulación de suciedad. El tambor podría llenarse de sedimentos e impedir la introducción completa de la llave o el giro de la misma. Como hemos visto, la seguridad de los productos que utilizamos puede verse comprometida de muchas maneras. Lo peor que puede pasar es que el candado se tenga que cambiar y que, durante el tiempo que se tarde en reemplazarlo, el producto dañado no ofrezca ninguna seguridad.

En el próximo artículo veremos otras dos razones por las que es preferible optar por un candado anticorrosión.

Este artículo ha sido publicado por cortesía del autor Ralph Goodman (haz clic aquí para leer otros artículos del mismo autor).