Últimamente se habla mucho de “cilindro europeo”, especialmente desde que las viejas cerraduras de doble paleta han demostrado su vulnerabilidad, y muchos recomiendan reemplazarlas por este cilindro. Pero, ¿cómo está hecho exactamente un cilindro europeo?
El cilindro europeo, o más correctamente “cilindro de perfil europeo”, toma su nombre del característico perfil de su sección. Una de las ventajas de los cilindros europeos es, precisamente, que al tener todos un perfil de idénticas dimensiones se puede sustituir fácilmente un cilindro viejo por otro nuevo, tal vez mejor.
Los cilindros de perfil europeo están formados por un cuerpo, generalmente de latón y a menudo con terminación externa niquelada, dentro del cual está insertado un tambor , que es el elemento donde se introduce la llave. Al girar la llave el tambor gira y mueve la leva (palanca central de acero sinterizado, por lo general de color negro) a la que está conectado. A su vez la leva pone en movimiento los mecanismos internos de la cerradura que mandan el pestillo y/o los cerrojos.
Tiene dos tipos de levas: la estándar, cuyo perfil con la llave retirada está completamente dentro del perfil del cuerpo, y la antideslizamiento, cuyo perfil con la llave retirada sobresale lateralmente, para que tope con el cuerpo de la cerradura si se intenta extraer el cilindro utilizando la fuerza, dificultando así esta técnica de reventado.
El cuerpo de los cilindros de perfil europeo generalmente consta de dos partes especulares (que pueden tener diferente longitud); cada parte aloja un tambor y éstos se unen en correspondencia con la leva. Esto permite utilizar la llave por ambos lados.
En aquellas situaciones en las que esto no sea necesario (por ejemplo, en la puerta-ventana de acceso a un balcón, que debe abrirse y cerrarse solo desde el interior) se puede utilizar un medio cilindro.
El mecanismo interior de los cilindros de perfil europeo es del tipo con pistones. En el cuerpo se insertan unos pernos (generalmente de 4 a 7) que tienen una longitud inversamente proporcional a la de los dientes de la llave: son cortos en los dientes largos de la llave y viceversa. Introduciendo la llave correcta los pistones se alinean para permitir que el tambor gire en el cuerpo. Si, en cambio, los dientes de la llave no corresponden con las alturas de los pistones, estos no se alinean y, al quedarse a mitad de camino entre el cuerpo y el tambor, le impiden que gire.
Estas son solo las características básicas de un cilindro de perfil europeo, que puede tener muchas otras particularidades: posibilidad de accionar una llave por un lado aunque por el otro esté introducida otra llave, refuerzos a prueba de taladro o de desgarro, contrapistones a prueba de ganzúa, elementos contra la técnica del bumping… los veremos en detalle en un próximo artículo sobre cómo elegir un cilindro de calidad… ¡no os lo perdáis!
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