Las cerraduras de sobreponer se utilizan principalmente para proteger cancelas, portones, verjas, puertas de bodegas y de buhardillas, etc. Son cerraduras relativamente simples, pero no por ello son todas iguales. Varios detalles pueden marcar la diferencia entre una cerradura que cumple con su deber y otra que nos expone a riesgos considerables, totalmente evitables.
Caja y recibidor metálico sin cortes o uniones
Para resistir a cualquier ataque de los malhechores, la caja de la cerradura y el recibidor metálico deben estar formados por una estructura monobloque moldeada (con proceso de embutición) sin fisuras ni uniones. En cambio, los productos más baratos están realizados mediante un simple plegado de la chapa, obteniendo así piezas que presentan fisuras y/o uniones en las aristas, hecho que disminuye considerablemente la resistencia.
Cilindro de latón
Las mejores cerraduras tienen cilindros de latón, un material que garantiza una larga duración y gran resistencia mecánica. En cambio, los cilindros de los productos de bajo precio son de aleaciones económicas que, al ser muy frágiles, no ofrecen la resistencia necesaria para hacer frente incluso a los más simples ataques con fuerza bruta.
Pestillo y cerrojo de latón o de acero inoxidable
La resistencia mecánica también es un requisito esencial para los pestillos y los cerrojos, que son los componentes más afectados por los intentos de forzamiento y, por tanto, deben estar realizados de latón o acero inoxidable y no de aleación ligera. Pero en los productos de mala calidad a menudo son de aleación de zamak, tal vez con acabado latonado brillante para que parezca latón.
Fiabilidad del mecanismo de cierre
En las cerraduras de calidad, si el cerrojo encuentra resistencia al avance (por ejemplo porque no está alineado con el recibidor metálico, o porque el recibidor metálico está obstruido), la llave no puede girar, poniendo así en evidencia el problema. Sin embargo, en los productos con mecanismos imprecisos la llave puede girar igualmente, saltando la vuelta. De este modo se tiene la impresión de que se ha completado la vuelta, aunque el cerrojo en realidad no ha avanzado. En este caso es posible que la puerta quede abierta aunque estemos convencidos de haberla cerrado, lo que crea un importante problema de seguridad.
Componentes internos y externos resistentes a la oxidación
Los componentes internos deben ser zincados para evitar que la humedad pueda oxidarlos, inutilizando la cerradura.
La oxidación también puede afectar al cuerpo exterior. Para resistir a la humedad, las cerraduras montadas en exteriores, sujetas a la intemperie, deben tener el cuerpo zincado y, posiblemente, pintado. En interiores se pueden utilizar cuerpos simplemente pintados.
Como siempre, la seguridad de una cerradura también depende de cómo se monte. En un futuro artículo veremos cómo elegir e instalar correctamente una cerradura de sobreponer.
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