Usamos productos electrónicos todos los días, y cada día más. Y, sin embargo, aún hoy existen viejos prejuicios sobre su fiabilidad, casi como si estuviéramos hablando de una vieja radio de válvulas, a la que de tanto en tanto había que dar algún golpe para que siguiera funcionando. En el campo de cajas fuertes, por ejemplo, siempre hay alguien dispuesto a declarar que “las mecánicas son más fiables”. En realidad, hoy en día fabricar cajas fuertes electrónicas fiables como las mecánicas, pero más cómodas y seguras, es posible. Pero también es cierto que no todos son capaces de hacerlo.
La electrónica es una nueva tecnología, aunque no tanto como se podría pensar. Nacida a principios del siglo XX, ya tiene más de un siglo de vida. A la electrónica confiamos nuestra seguridad cuando viajamos en coche, por no mencionar los aviones. Todos los diagnósticos médicos avanzados se realizan con instrumentos electrónicos. Muchos de nosotros llevamos en el bolsillo sofisticados teléfonos inteligentes que todavía funcionan perfectamente incluso después de varias caídas, y si algo se rompe suele ser una parte mecánica, como la carcasa o el cristal. En definitiva, no deberíamos necesitar grandes pruebas de la fiabilidad que ha alcanzado la electrónica. Aún así, siendo una tecnología más compleja y menos comprensible que la mecánica, siempre queda alguna duda. También sobre las cajas fuertes.
En realidad el sistema electrónico de las cajas fuertes, cuando está diseñado y realizado a la perfección, alcanza excelentes estándares de fiabilidad, y un fallo electrónico es un evento tan raro que pasa a un segundo plano en comparación con las ventajas que esta tecnología ofrece.
Posibilidad de eliminar la llave y el problema de su gestión, aperturas de distintos usuarios con diferentes combinaciones o con lectores biométricos, posibilidad de registrar las operaciones realizadas, aperturas temporizadas… estas son solo algunas de las funciones que una caja fuerte permite y una mecánica no.
Pero para que la electrónica de una caja fuerte sea fiable debe estar diseñada y realizada específicamente para la tarea que debe desempeñar, ya que ha de cumplir con varios requisitos especiales, tales como:
Debe consumir poco, para que no sea necesario cambiar las pilas con frecuencia, y el consumo ha de ser constante, sin saltos, para evitar que las pilas se agoten de golpe sin dejar tiempo para cambiarlas.
Debe resistir a las posibles descargas eléctricas que un ladrón podría aplicar a la caja fuerte para intentar reventarla.
Debe estar protegida contra la inversión accidental de la polaridad de las pilas, para que no se dañe si nos equivocamos al ponerlas.
Debe soportar la humedad, que a menudo es alta, en las instalaciones en la pared, incluso durante varios años.
Sin embargo, las cajas fuertes electrónicas baratas a menudo usan tarjetas electrónicas comerciales genéricas readaptadas, que no satisfacen plenamente todos estos requisitos. De hecho, es posible realizar una caja fuerte electrónica aparentemente funcionante cargando un software específico en una tarjeta electrónica genérica, por ejemplo para electrodomésticos o para juguetes, que, al fabricarse en grandes cantidades a escala mundial, es muy económica. Sin embargo, estas tarjetas no poseen las características necesarias para que una caja fuerte sea fiable. Por ejemplo, no están diseñadas para soportar la humedad y los cambios de temperatura que una caja fuerte debe soportar cuando está instalada en una pared perimetral. El resultado es una caja fuerte electrónica no fiable, que no puede garantizar el funcionamiento en el tiempo.
En otros casos se proponen para el uso doméstico cajas fuertes derivadas de modelos para hoteles, que están diseñadas y fabricadas para tener otras prioridades que la seguridad. Las cajas fuertes de los hoteles deben resistir al uso diario por parte de diferentes personas y, dado que se compran por decenas o centenares de unidades, también han de tener un bajo precio. Por otra parte, sirven para disuadir de un robo de bienes más que para prevenir un forzamiento o un descerrajamiento. Por esto son mucho menos seguras que las diseñadas y fabricadas para uso doméstico, por no hablar de las destinadas a un uso profesional.
Una caja fuerte electrónica se puede comprar con total tranquilidad siempre que se elija un fabricante especializado en este sector. Viro, por ejemplo, fabrica cajas fuertes electrónicas desde hace 30 años, desde que en 1985 lanzó Ram7, la primera caja fuerte electrónica de fabricación europea.