Los cierrapuertas: comodidad y seguridad a la vez

Los cierrapuertas son muy prácticos, porque cierran por nosotros el acceso por el que entramos, pero también son una útil herramienta de seguridad, ya que si se eligen e instalan correctamente ofrecen la garantía de no olvidar la puerta abierta (o el portón o la cancela). ¿Cómo debe estar hecho un cierrapuertas para funcionar bien y no crear problemas?

Cuerpo sellado

Los cierrapuertas de última generación, como los son todos los modelos Viro, tienen el cuerpo sellado y no requieren cambiar periódicamente el aceite, como sucede con los tradicionales.

Velocidad de cierre y fuerza del golpe final ajustables

Estos ajustes, que generalmente se realizan mediante tornillos, son importantes tanto para adaptar perfectamente la acción del cierrapuerta al peso de la puerta en la que está aplicado, como para garantizar el funcionamiento eficiente en todas las estaciones. La viscosidad del aceite interno cambia en relación con la temperatura exterior. Por lo tanto, la acción del cierrapuerta está sujeta a variaciones estacionales que pueden requerir pequeños ajustes periódicos para mantener constante la eficacia del mecanismo. Los cierrapuertas de calidad, como todos los modelos Viro, disponen de 2 ajustes diferentes: la velocidad de cierre y la fuerza del golpe final, que sirve para vencer la resistencia del pestillo de la cerradura en el momento del cierre.

Los cierrapuertas Viro tienen 2 tornillos de ajuste: uno para la velocidad de cierre y otro para la fuerza del golpe final.

Los cierrapuertas Viro tienen 2 tornillos de ajuste: uno para la velocidad de cierre y otro para la fuerza del golpe final.

Bloqueo en posición de apertura

No obstante los cierrapuertas se utilicen para garantizar siempre el cierre, hay situaciones en las que es conveniente o necesario que la puerta (portón o cancela) permanezca abierta temporalmente. Por ejemplo, cuando hay que pasar objetos voluminosos o cuando hay que cruzar repetidamente un acceso en un corto periodo de tiempo. Por esto es importante que el cierrapuertas esté provisto de un mecanismo de bloqueo, mejor aun si es de angulación regulable por el usuario con el cierrapuertas ya instalado, como en todos los modelos Viro.

Los cierrapuertas Viro permiten bloquear la puerta en cualquier posición de apertura.

Los cierrapuertas Viro permiten bloquear la puerta en cualquier posición de apertura.

La fuerza de cierre

Los cierrapuertas se pueden aplicar tanto en puertas ligeras como en portones pesados. Las primeras requieren poca fuerza para cerrarse, mientras que los segundos requieren una gran fuerza. Por esto es importante que el cierrapuerta disponga de fuerza de cierre adecuada al uso concreto, o bien sea de una única versión con fuerza regulable según se desee. Todos los cierrapuertas Viro están disponibles en versión de multifuerza, mientras que el Viro Air también está disponible en 2 variantes de fuerza fija, de los cuales una está certificada para aplicación en puertas cortafuegos. Deben descartarse los cierrapuertas que no permiten elegir la fuerza de acción.

Intercambiabilidad

A menudo es necesario sustituir un cierrapuertas viejo, que ya no funciona correctamente, por otro nuevo. En este caso es preferible verificar que el nuevo modelo tenga orificios de fijación compatibles con los orificios ya realizados para el viejo modelo, o que esté provisto de una placa de adaptación que permita aprovechar los orificios ya existentes sin tener que hacer otros nuevos o, al menos, que una vez instalado tenga un tamaño suficiente para tapar los orificios anteriores.

Aplicación estándar o invertida

Los cierrapuertas se montan generalmente con el cuerpo en la puerta y el brazo en el marco de la puerta o en la pared. En algunas situaciones, por razones de estética o espacio, puede ser necesarios montarlos al contrario: con el cuerpo en la pared o en el marco y el brazo en la puerta. Los mejores cierrapuertas, como los Viro, también pueden montarse en esta posición “invertida”.

Brazo basculante

En ciertas situaciones especiales es posible que el cuerpo y el punto de fijación del brazo no sean paralelos, por ejemplo porque se aplican sobre superficies que no están “a ras”. En este caso es necesario que el brazo sea basculante, como en los cierrapuertas Viro y Viro Air, ya que de lo contrario el brazo, sometido a torsión, se puede dañar con el uso.

Los cierrapuertas Viro tienen un brazo basculante que también funciona en caso de superficies no coplanares.

Los cierrapuertas Viro tienen un brazo basculante que también funciona en caso de superficies no coplanares.

Así pues, el cierrapuerta es un objeto aparentemente sencillo, pero que tiene diferentes características que hay que tener en cuenta a la hora de elegirlo. Dedicar un poco de tiempo en la fase inicial queda ampliamente compensado por el hecho de que un buen cierrapuertas, adecuado a la situación específica de uso, bien montado y ajustado, puede acompañarnos sin problemas por mucho, mucho, tiempo. Por el contrario, una compra precipitada puede conducir a reiteradas intervenciones correctivas.
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