Como anticipado en el capítulo I de esta serie de artículos, después de haber analizado las diferencias constructivas detectables a simple vista, hemos sometido el candado original Morso Viro Made in Italy y las imitaciones de importación oriental a las mismas pruebas de duración y resistencia.
Los resultados confirmaron plenamente nuestras expectativas, pero nos damos cuenta de que pueden ser bastante sorprendentes para los no profesionales del sector; así pues, publicamos los resultados de dichas pruebas.
La primera prueba que hemos realizado ha sido la de resistencia a la corrosión causada por la niebla salina.
Es una prueba que reproduce un proceso de “envejecimiento acelerado”. Para ello se crea en una máquina especial un ambiente húmedo, corrosivo y sumamente cálido, donde los productos sufren, para cada hora de prueba, el equivalente a una semana de exposición al aire libre a todo tipo de agente atmosférico agresivo. Hemos introducido en la máquina los 4 candados con cadena originales Viro y las 4 imitaciones, que serán todos ellos objeto de próximos artículos.
Tras activar la niebla salina, hemos dejado que actuara durante 40 horas, que corresponden a aproximadamente un año de vida en ambiente real sometido a las inclemencias atmosféricas.
Veamos las fotografías de los productos colocados en la máquina de niebla salina antes de empezar la prueba.
Transcurridas las 40 horas hemos abierto la máquina y esto es lo que nos hemos encontrado.
En este artículo nos centraremos en el candado Morso y en su imitación, que representan el objeto de este análisis, y en los próximos artículos analizaremos la comparación de los otros tipos de candado con cadena.
Como se puede observar, en el Morso Viro el único punto que presenta algunos signos de oxidación es el remache que bloquea el candado a la cadena, un componente no relacionado con la resistencia del producto, mientras que la coraza exterior y, sobre todo, el mecanismo interno, no presentan corrosión.
En cambio, en el candado de imitación hay varios pequeños puntos de corrosión, no sólo en el remache, sino también en la empuñadura del vástago y en la coraza. Podrían parecer poco significativos, pero sin embargo son un síntoma de una corrosión mucho más grave sufrida por el mecanismo interno.
Tanto es así que, como podemos ver en el breve vídeo que se indica más abajo, después de la prueba de niebla salina el producto original Viro se abre y todavía funciona perfectamente, mientras que la imitación está bloqueada y la llave no gira, ni tan siquiera con la ayuda de unos alicates.
La segunda prueba a la que hemos sometido nuestro producto y su imitación consiste en el intento de cortar la cadena. Para ello hemos utilizado una máquina presente en nuestro laboratorio de pruebas que, a través de un brazo mecánico, acciona una sierra para hierro, y hemos intentado cortar un eslabón de la cadena Made in Italy y luego un eslabón del producto de imitación.
Como se puede ver en el vídeo que se indica más abajo, la cadena del candado Viro, al ser templada y cementada, resiste al corte de la sierra y no puede ser hendida.
En cambio, cadena del producto de imitación está fabricada en simple hierro sin tratar térmicamente y, por lo tanto, se puede cortar con la sierra con gran facilidad.
Vemos, pues, las dos cadenas en comparación después de la prueba de corte.
Obviamente, como ya hemos explicado en varios artículos anteriores, el temple y la cementación no son condiciones suficientes para poder afirmar que la cadena resiste a cualquier tipo de corte. Sabemos que los alicates con largas palancas y las sierras de disco giratorio pueden ser muy peligrosos para todas las cadenas.
Por lo tanto, además de un correcto posicionamiento de la cadena (que debe estar lo más levantada posible del suelo), también el tamaño de la sección de los eslabones, que contrarresta la acción de estas herramientas de corte, debe aumentar en proporción al valor del bien que debe proteger y a la peligrosidad del ambiente donde se guarda el bien.
Pero podemos afirmar sin lugar a dudas que el temple y la cementación de los aceros, con los que se fabrican las cadenas, son condiciones necesarias para que dichas cadenas puedan considerarse aptas para el uso con candados de protección de los vehículos de dos ruedas. Las cadenas de hierro sin tratar térmicamente no ofrecen ninguna protección real.
La tercera prueba que hemos realizado se refiere a la resistencia de los dos candados: el candado Morso Viro y el de imitación.
Siempre en el laboratorio de pruebas hemos introducido los dos productos, utilizando el mismo tipo de eslabón de la cadena, en una herramienta que reproduce los golpes dados de arriba abajo, desde una altura de 1 m con un peso de 3,05 Kg, como si se tratara de un mazo que intenta romper el punto de unión entre el vástago del candado y la cadena.
Vemos que el Morso Viro, sometido a 5 golpes, pierde la cabeza del vástago justo en el punto previsto de rotura programada, de modo que el candado quede cerrado y no se pueda aferrar la parte restante del vástago para extraerla. Obviamente, la coraza se daña en el punto donde se golpea repetidamente, pero el candado no se abre y la cadena permanece anclada al vástago.
Por el contrario, podemos ver que después de un par de golpes, la imitación se abre literalmente en dos; el vástago sale y se puede retirar manualmente dejando libre la cadena, la “coraza” se pliega sobre sí misma y el cuerpo se rompe. Esto se debe tanto al uso de materiales económicos (tales como la aleación de zamak) no adecuados para fabricar componentes de los productos de seguridad potencialmente sometidos a ataques, como a la falta de tratamientos térmicos que den resistencia a los materiales.
Finalizada esta prueba el resultado es realmente implacable para la imitación, en comparación con el producto original Viro.
En conclusión, podemos afirmar que la comparación en paralelo a simple vista, la verificación de los materiales y, aún más, las pruebas de resistencia, confirman inequívocamente que las imitaciones del candado Morso Viro no tienen nada que ver con el original.
Son copias hechas para confundir, a través de una apariencia similar, al usuario que busca una protección adecuada para sus bicicletas, pero que no ofrecen una protección real.
Un candado no da lo mismo que otro, ¡Viro da más!
Cuidado con las imitaciones.
Consulta la ficha técnica del candado con cadena Viro Morso